sábado, 27 de abril de 2013

Si avanzo sígueme, si me detengo empújame, si retrocedo mátame


Ernesto Guevara de la Serna nace en la ciudad argentina de Rosario el 14 de junio de 1928, en el seno de una familia con raíces aristocráticas pero con ideas socialistas. Desde chico sufre ataques de asma y por esta razón en 1932 se mudan a las sierras de Córdoba. Su educación primaria la hizo en su hogar, de las manos de su madre. En su casa había obras de Marx, Engels y Lenin, con los que se familiarizó en su juventud temprana.
En 1947, Ernesto ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, motivado en primer lugar por su propia enfermedad y luego interesándose por la lepra. Durante 1952 realiza una larga jornada por América Latina, junto con Alberto Granados, recorriendo el sur de Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. Observan, se interesan por todo, analizan la realidad con ojo crítico y pensamiento profundo. Ernesto regresa a Buenos Aires decidido a terminar la carrera y el 12 de junio de 1953 recibe el título de médico.
En julio de 1953, inicia su segundo viaje por América Latina. En esta oportunidad visita Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, El Salvador y Guatemala. Cuando Ernesto recorre los países del litoral pacífico de América del Sur, al visitar las minas de cobre, los poblados indígenas y las leproserías, es donde da muestras de su profundo humanismo, se va creciendo y agigantando su modo revolucionario de pensar y su firme antimperialismo. En Guatemala conoce a Hilda Gadea, con la cual contrae matrimonio y de cuya unión nace su primera hija.
Convencido de que la revolución era la las injusticias sociales existentes en Latinoamérica, en 1954 marcha a México, donde se une al movimiento integrado por revolucionarios cubanos seguidores de Fidel Castro. Ahí ganó el sobrenombre "Che", naturalmente debido a su modo argentino de hablar.
A finales de la década de 1950, cuando Fidel y los guerrilleros invaden Cuba, el Che los acompaña, primero como doctor pero luego convirtiéndose en el comandante del ejército revolucionario que derrocó el dictador cubano Fulgencio Batista el 31 de diciembre de 1958.
Al triunfo de la Revolución, Che Guevara se convirtió en la mano derecha de Fidel Castro en el nuevo gobierno de Cuba. Fue nombrado ministro de Industria y posteriormente Presidente del Banco Nacional. Desempeñaba simultáneamente otras tareas múltiples, de carácter militar, político y diplomático. En 1959 se casa, en segundas nupcias, con su compañera de lucha, Aleida March de la Torre, con quien tendrá cuatro hijos. Visitan varios países comunistas de Europa Oriental y Asia.
Opuesto enérgicamente a la influencia estadounidense en el Tercer Mundo, la presencia de Guevara fue decisiva en la configuración del régimen de Castro y en el acercamiento del régimen cubano al bloque comunista, abandonando los tradicionales lazos que habían unido a Cuba con Estados Unidos.
En 1962, tras una conferencia en Uruguay, volvió a la Argentina y también visitó Brasil. El Che estuvo además en varios países africanos, notablemente en el Congo. Ahí luchó junto a los revolucionarios antibelgas, llevando una fuerza de 120 cubanos. Luego de muchas batallas, terminaron derrotados y en el otoño de 1965 él le pidió a Fidel retirar la ayuda cubana.
Desde entonces el Che dejó de aparecer en actividades públicas. Su misión como embajador de las ideas de la Revolución Cubana había llegado a su fin. En 1966 junto a Fidel prepara una nueva misión en Bolivia, como líder de los campesinos y mineros bolivianos contrarios al gobierno militar. El intento resultó en su captura y posterior ejecución el 9 de octubre de 1967. Los restos del Che descansan en el mausoleo de la Plaza Ernesto Che Guevara en Santa Clara, Cuba.

Más allá de sus grandes errores, de la mercantilización que de su figura hace el mercado, el Che es sinónimo de rebeldía y coherencia entre el decir y el hacer. En estos tiempos de frigidez política, la pasión del Che, aún enciende fuegos. (09-10-2007)

Los latinoamericanos estamos acostumbrados a crear heroes, tal vez sus ideas fueron las correctas, pero no sus metodos.
Es un heroe para mucha gente, un ejemplo de lucha revolucionaria, en especial en cuba, dado que en cuba eran tratados como esclavos, ninguno tenia salud, no conocían lo que era un doctor, y mucho menos tenían educación, ademas el dió su vida por personas que no eran de su pais.
Tenía ideas claras, pero no logró imponerlas. Los ideales de libertad, de justicia, de acabar con la tiranía de Batista, eran los ideales del pueblo cubano y de los pueblos de América.
No necesitó imponerlos, sino luchar por ellos, por lo que pedía el pueblo y a ello entregó su vida.
Pero también fué un asesino, porque cobardemente asesinó a mucha gente campasina o ya detenida




En la obra de teatro “Cuestiones con Ernesto Che Guevara” de José Pablo Feinmann, una profunda y emocionante reflexión sobre la violencia, la revolución y el poder atraviesa el texto. El autor imagina el siguiente diálogo entre el Che y Fidel: 
 Mira Che, no te necesitan en África. Si no eres necesario, no lo eres. Hay revoluciones que pueden hacerse sin ti. 
Che: África es experimentación ¿ Está claro? Ex-pe-ri-men-ta-ción. Y se muy bien que hay revoluciones que pueden hacerse sin mí.
Fidel: No siempre pareces tener esa idea.
Che: Hay una revolución que puede hacerse sin mí: la nuestra. Ya no soy necesario aquí Fidel. Mi horizonte…
Fidel: Tu horizonte siempre está demasiado lejos. Se te ha quedado chica nuestra revolución. Ya no encuentras el modo heroico en ella. Te aburres. Y no me lo has dicho, pero me lo dices todo el tiempo. “ No quiero ser un burócrata como tu, Fidel. Yo si no soy un héroe, no puedo estar.” Una vez más te lo digo: el heroísmo no solo está en la batalla, también está en la paciencia.
Che: Te está gustando demasiado la paciencia, Fidel. La serena certidumbre de la ayuda de los rusos. De nuestras cosechas de azúcar. De la renuncia de nuestros planes de industrias. Seguimos siendo lo que éramos: una isla de monocultivo. Solo que en lugar de comprarle basura a los yanquis, nos la regalan los rusos. Ayuda económica y coexistencia pacífica. Paciencia, dicen los rusos. Nada de industrias, monocultivo. Paciencia. Nada de revoluciones en América Latina, coexistencia pacífica. Y vos aceptás, Fidel. Porque te volviste paciente. Como quieren los rusos: un revolucionario paciente, controlable, sumiso. Un político con una verborragia algo estridente. Pero un político al fin
Fidel: Sé lo que quieres. Y es algo más específico que la revolución en América Latina. Quieres la revolución en la Argentina 
Che: Por supuesto. Pero no voy a empezar por la Argentina
Fidel: Pero tampoco vayas a Bolivia. No…….
Che: A ver, decilo: “ No están dadas las condiciones” ¿ Es eso?
Fidel: Eso ( lo mira gravemente). No están dadas las condiciones.
Che: Nunca están dadas las condiciones. Una revolución es eso: crear las condiciones. El foco guerrillero es eso: crear las condiciones. Ningún régimen está esperando a que te lo devores como una fruta madura. Ningún régimen se cae solo, siempre hay que voltearlo.
Fidel: La mayoría de los campesinos bolivianos son dueños de sus parcelas. No te respaldarán.
Che: ¿ Quiénes te dijeron eso? ¿ Los rusos? ¿ La inteligencia soviética en Latinoamérica?
Fidel: Sin los campesinos, no hubiéramos hecho nuestra revolución. Sin los campesinos, no lo harás tú en Bolivia. ( Pausa. Casi con calidez). No vayas aún, Che. Una revolución es saber atacar cuando es sensato. No vayas. 
Che: Carajo, no puedo creer que me estés diciendo algo así ¿ Tanto te ablandaron los rusos?( Pausa) Una revolución es lo menos sensato que hay. Siempre hay que estar un poco loco para hacer la revolución. Un hombre sensato lee el diario a la mañana, va a su trabajo, regresa a su casa, come y duerme hasta el día siguiente. Eso es la sensatez, Fidel. No fue sensato asaltar el Moncada. No fue sensato navegar en el Granma. Si lo hiciste fue porque eras un insensato. Un loco. Un revolucionario. Ahora corres el peligro de convertirte en un burócrata.
Fidel: Y tu en un mesiánico. En un héroe, en un mártir…..pero no en un revolucionario.



Frases de Ernesto Guevara

"Sepan los nacidos y los que van nacer que nacimos para vencer y no para ser vencidos" 
"Seamos realistas y hagamos lo imposible."
"Recuerden que el eslabón más alto que pude alcanzar la especie humana es ser revolucionario."
"Si no hay (café) para todos, no habrá para nadie."
"El trabajo debe dejar de ser una penosa necesidad para volverse un agradable imperativo."
"Es mejor caminar descalzo, que robando zapatillas."
"Sepan los nacidos y los que van nacer que nacimos para vencer y no para ser vencidos."
En una revolución se triunfa o se muere, si esta es verdadera.